Al crujirnos los dedos, estamos desplazando los huesos de los dedos de su postura natural, manteniéndolos en una postura que no es saludable, que finalmente hace que se deformen los dedos.
Por otra parte, si sólo moviéramos los huesos de su postura natural, no nos crujiría, pero nos suena ya que se explotan unas pompitas que suenan como si fueran globos.
Aquí se puede ver una imagen de la columna vertebral sin crujir y una de la columna crujida:
Las pompitas son en la imagen lo azul, en el siguiente caso, explotadas.
A veces crujir los huesos es bueno:
Cuando nos duele el cuello a veces es porque la burbuja se ha hinchado demasiado y por eso debemos moverla hacia atrás y explotar la pompa, que más tarde nos crecerá de modo regular.
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