Historia de mi abuela:
Esta interesante pero triste historia, comienza en las entrañas de un monte: El monte de las tres Letras.
Mi bisabuela se disponía todos los días a preparar la comida, cuando unos aviones se podían divisar en el gran cielo azul, pero no eran aviones de los que transportan pasajeros que desean viajar, sino que era aviones de patrulla, de esos en lo que antes de siquiera verlos, ya puedes oler el mal olor de las armas, y de los que puedes oír un fuerte estrépito que intenta amedrentarte, y tú no sabes qué hacer.
Mi bisabuela, tenía una vecina que, por suerte, disponía de una cueva que se comunicaba con otra, formando una especie de túnel, en el que había dos casas. Una de las casas era de una amiga suya, que hacía que pudiera entrar y salir de su casa cada vez que los aviones asomaban por entre las nubes.
Mi bisabuela, nada más que sospechaba de la presencia de uno de esos aviones, tenía que subir a la cima del monte, donde sólo estaban esas dos casas en las cuevas que formaban un túnel.
Aquello se convirtió en una rutina diaria que todos los días se repetía sobre la misma hora.
A veces, tiraban bombas o cualquier otra cosa relacionada con armas, pero, según mi abuela, ni mi bisabuela ni ninguna otra que residía en las viviendas de por allí.
En la posguerra, mi abuela jugaba con una amiga que en estos momentos le gustaría visitar, pero que ya no será posible debido a que cuando se mudó mi abuela, perdió contacto y ya no vió más.
Mi bisabuela falleció por desgracia cuando mi madre tenía 99 días.
Mi abuela tenía una tía que tuvo trece simpáticos hijos.
Sus primos fueron falleciendo hasta que en la actualidad sólo queda uno de ellos, que en este caso es una chica, pero no he conseguido su nombre.
Historia de mi abuelo:
A mi bisabuelo paterno lo llevaron preso en Tetuán, y lo fusilaron por ser republicano, teniendo la corta edad de 28 años, dejando viuda a mi bisabuela, con dos hijos y estando embarazada de mi abuelo.
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